El Diario Nica

Marcos, sobreviviente de accidente

Dios me dio una segunda oportunidad

Marcos Márquez ha pasado tres largos años en el que ha aprendido a sobrevivir con ese mal recuerdo, luchando con la depresión, la ansiedad y el giro enorme que ha dado su vida.

Marque mencionó que el cansancio y la velocidad le hicieron una mala jugada a un 19 de septiembre del año 2020.

Expresó el afectado que “Yo ese día estaba saliendo del trabajo. Yo trabajo en el aeropuerto como oficial de policía, pues resulta que ese día yo estaba saliendo de un turno y cuando iba por La Subasta yo sufrí una pequeña descompensación de unos tres segundos y cuando vuelvo en sí, tenía un vehículo de frente, en el cual me estrellé”.

“Y del impacto caí al carril de en medio y lastimosamente venía un furgón y me arrastró con todo y mi moto”.

El impactar contra el vehículo y ser arrastrado por el furgón por varios metros, hizo que Marcos fuese a parar a las salas de hospital Carlos Roberto Huembes; con dos fracturas en su pierna derecha. Recuerda que su familia fue su motor para salir adelante.

Dijo que “Fue un momento terrible, no me lo esperaba. Recuerdo cuando impacté lo primero que se me vino a mi mente fue mi familia, porque pensé que no iba a sobrevivir. Yo nunca perdí el conocimiento y muchos conductores bajaron de sus vehículos a ayudarme y del dolor me puse a llorar hasta que llegó la ambulancia”.

La muerte rondaba la vida de Marcos y se apoderó de sus pensamientos, pero lo que no sabía es que Dios le estaba dando una segunda oportunidad de vida para testificar su milagro.

Fue un largo mes que pasó en el hospital internado.Con ayuda de los doctores y su familia pudo volver a casa en silla de ruedas, pasaron los meses y pudo empezar a caminar primeramente con un andarivel y luego con muletas hasta llegar a apoyarse con un bastón.

Las varillas que atraviesan su piel y penetran su hueso lo han acompañado durante todo este tiempo.

De esta forma, el año 2020 se detuvo para Marcos. Este proceso lo llevó a valorar el amor de sus seres queridos, sobre todo el de su madre; quien tuvo 10 hijos y él es el tercero.

Doña Juana Oconner, mamá, enfatizó que “Yo recibí una llamada y me dieron la noticia que mi hijo estaba accidentado y yo me quedé en shock, mis compañeros de trabajo me hablaron y me ayudaron a movilizarme hacia el hospital. Verlo ahí a mi hijo mal, quejándose del dolor, me partió el alma, pero se lo encomendé a Dios y aquí me lo tiene con vida”.

Sin duda Marcos no solo perdió una parte de su cuerpo, sino su esencia. Pero hoy está floreciendo a través de la resiliencia, la fuerza, la fe y la esperanza.