Este tipo de armamento duplicaría el radio de ataque de los lanzacohetes HIMARS, que se encuentran a disposición de las tropas ucranianas.
Los suministros a Ucrania de municiones de artillería de mayor alcance por parte de EE.UU., cuyos planes reportó Reuters esta semana, no se efectuarán antes de los próximos 9 meses, según un funcionario de la industria de defensa estadounidense citado por Bloomberg.
Se trata de las bombas de alta precisión Ground-Launched Small Diameter Bomb (GLSDB, por sus siglas en inglés). Estas son guiadas por satélites GPS y lanzadas desde tierra con cohetes compatibles con el sistema de lanzamiento múltiple HIMARS, ya a disposición del Ejército ucraniano.
Las municiones en cuestión, producidas por la corporación Boeing, duplicarían el alcance de los ataques ucranianos a 150 kilómetros.
Este tipo de armamento será parte del nuevo paquete de asistencia a Ucrania por más de 2.000 millones de dólares que está previsto lo anuncie la Casa Blanca y el Pentágono este viernes, según fuentes gubernamentales.
Aparte de los GLSDB, en el nuevo paquete podrían figurar equipos para los sistemas de defensa antiaéreo Patriot, municiones guiadas de precisión Excalibur, así como sistemas antitanques portátiles y minas antipersona Claymore.
¿Qué se sabe sobre las GLSDB?
Los proyectiles GLSDB, que tienen un alcance de 150 kilómetros, pueden ser disparados desde sistemas lanzamisiles múltiples occidentales como HIMARS o M270.
Al alcanzar una altitud necesaria tras su lanzamiento, la munición se separa del cohete, despliega sus minialas y avanza hacia su objetivo señalado con GPS.
Desde la empresa armamentística sueca SAAB, que fabrica estas municiones en cooperación con la estadounidense Boeing, destacan la alta precisión de las GLSDB asegurando que impactan contra sus blancos en un radio de un metro, al tiempo que son altamente resistentes a las interferencias electrónicas.
Su ojiva consiste en las bombas de pequeño diámetro SDB I. En total, se han producido más de 20.000 unidades desde 2006, que están en servicio de EE.UU., Noruega y otros 13 países, según la página web de SAAB. «La GLSDB tiene la capacidad de volar en trayectorias y maniobras no balísticas para atacar objetivos que no pueden ser alcanzados por las armas convencionales de fuego directo». Resume la empresa.
Kiev pide misiles de 300 kilómetros de alcance
Mientras, desde Kiev han exigido en reiteradas ocasiones misiles ATACMS con un alcance de 300 kilómetros. Sin embargo, la Administración del presidente Joe Biden solo entregó misiles con un alcance entre 70 y 80 kilómetros, descartando las peticiones de Ucrania sobre los ATACMS.
Previamente, Washington argumentó su negativa en el hecho de que podrían provocar una mayor escalada del conflicto, dado que estos proyectiles pueden impactar en territorio ruso.
El pasado 19 de enero, el diario The New York Times reportó que la Casa Blanca «se acerca más» a proporcionar a Kiev armas para atacar Crimea, lo que, según Washington, reforzaría la posición de Ucrania en futuras negociaciones con Moscú. Por su parte, la portavoz del Pentágono, Sabrina Singh, declaró la misma jornada que EE.UU. apoyará los intentos de Kiev de «recuperar su territorio por cualquier medio posible».
Meses atrás, la Cancillería rusa ya advirtió que los envíos de misiles de largo alcance tendrían consecuencias. «Si Washington toma la decisión de enviar a Kiev misiles de largo alcance, cruzará la línea roja y se convertirá en parte directa del conflicto. Nos reservamos el derecho a defender nuestro territorio por todos los medios a nuestro alcance». Declaró en aquel entonces la portavoz de Exteriores, María Zajárova.
Según la última actualización del Pentágono, EE.UU. ya ha proporcionado a Ucrania ayuda militar por valor de más de 27.100 millones de dólares desde el inicio del operativo militar ruso.