El alianza militar señala la negativa de Moscú a permitir inspecciones en su territorio y convocar a una reunión del órgano de aplicación del tratado.
Los países miembros de la OTAN llaman a Rusia a cumplir con sus obligaciones contempladas en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III o Nuevo START), el último acuerdo de control de armas nucleares que queda entre EE.UU. y Rusia. Mientras, desde Moscú indican las condiciones hostiles para el cumplimiento creadas por Washington y la alianza.
«Observamos con preocupación el incumplimiento por parte de Rusia de sus obligaciones jurídicamente vinculantes en virtud del Nuevo START». Afirma el comunicado del bloque militar.
La alianza señala la negativa de Rusia a convocar una reunión de la Comisión Consultiva Bilateral (CCB) —órgano de aplicación del tratado— en el plazo previsto en el acuerdo y a facilitar las actividades de inspección de EE.UU. en su territorio desde agosto de 2022.
El rechazo, indican, «impide a Estados Unidos ejercer importantes derechos en virtud del tratado y socava su capacidad para verificar adecuadamente el cumplimiento de los límites máximos del tratado por parte de Rusia».
Además, subrayan que por limitar las fuerzas nucleares estratégicas de Rusia y Estados Unidos, el START III «sigue sirviendo a los intereses de seguridad de todos los Estados».
En este sentido, la alianza llama a Rusia «a cumplir sus obligaciones en virtud del Tratado facilitando las inspecciones previstas en su territorio y reanudando su participación en la CCB».
Ante semejantes señalamientos por parte del Departamento de Estados de EE.UU., reportados la víspera por The Wall Street Jornal, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró el miércoles que la parte rusa considera que EE.UU. ha «destruido efectivamente la base legal en materia de control de armas y seguridad», ahora que la infraestructura militar de la OTAN actúa en contra de Rusia.
«Vemos toda la infraestructura de inteligencia de la OTAN, incluidos aviones de reconocimiento, constelaciones de satélites, trabajando 24 horas al día, siete días a la semana, en interés del régimen ucraniano». Detalló Peskov.
Según el vocero, todo esto crea un entorno hostil para Rusia, que no puede ignorarlo. No obstante, subrayó que es «muy importante que el acuerdo se mantenga vigente».
Anteriormente, el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, afirmó a RIA Novosti que Rusia se mantiene comprometida con START III, «respetando todas las limitaciones cuantitativas y cualitativas establecidas y continuando el intercambio de datos previsto en el tratado». El alto funcionario señaló que era Washington el que estaba violando el preámbulo del acuerdo sobre la «indivisibilidad de la seguridad» mediante «la disuasión frontal agresiva» de Moscú, «que se balancea al borde de una choque directo entre EE.UU. y la OTAN con Rusia».
Por su parte, Anatoli Antónov, embajador de Rusia en EE.UU., manifestó el miércoles que las inspecciones en las que insiste el país norteamericano serían «injustificadas e inoportunas», mientras Occidente continúe su «guerra híbrida contra Rusia» en Ucrania.
La CCB se reunió por última vez en octubre de 2021. Otro encuentro estaba previsto entre el 29 de noviembre y el 6 de diciembre pasado en El Cairo (Egipto), pero Rusia rechazó participar.
Moscú suspendió las inspecciones previstas por el tratado en agosto de 2022, aduciendo el impacto de las sanciones occidentales en los viajes y el trabajo de los inspectores rusos en EE.UU., que dan una ventaja injusta a la parte estadounidense.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia prometió que las inspecciones continuarán tan pronto se restablezcan los principios de paridad e igualdad.
Moscú y Washington firmaron el START III en Praga (República Checa) el 8 de abril de 2010. En febrero de 2021, ambas partes acordaron prorrogar sin condiciones previas este acuerdo, que expirará en 2026, a menos que se renueve.
Bajo el convenio, las partes se comprometieron a reducir sus fuerzas nucleares hasta 700 portadores, 1.550 ojivas nucleares y 800 lanzadores.