El pequeño pueblo rural de San José de Cusmapa, ubicado a poco más de 1,200 metros de altitud.
Tiene unas extraordinarias vistas panorámicas que alcanzan incluso la franja costera del pacífico. También posee dos miradores impresionantes se necesita un día claro para poder disfrutar de tan extraordinaria vista.
El Divisadero se encuentra en el extremo Oeste del casco urbano del pequeño pueblo, a menos de 500 metros del centro. El lugar no tiene ninguna infraestructura, es simplemente un trecho de la calle tras el cual se extiende un amplio valle que permite una extraordinaria vista. Desde allí se observa la geografía del departamento de Chinandega y parte de León.
Lo más impresionante es observar la silueta de la cadena de volcanes del Pacífico norte de Nicaragua, desde el Cosigüina hasta el cono perfecto del Momotombo. Al identificar al volcán Cosigüina, es posible reconocer la franja de agua a su lado Este, que constituye una parte del Golfo de Fonseca. En noches despejadas, es también posible observar las luces de la ciudad de Chinandega.
El otro gran mirador de Cusmapa, La Mano del Diablo, se encuentra a poco menos de un kilómetro del casco urbano, y aunque tampoco hay ninguna infraestructura, el lugar en sí constituye un sitio muy interesante debido a que es una formación rocosa extensa que resalta en medio de la tierra de la montaña y los bosques de los alrededores.
La roca que constituye esta formación es lisa y clara, y se extiende por unos 400 metros cuadrados. El sitio pareciese una enorme piedra de mar enclavada e la montaña. El extraño terreno es irregular, pues tiene partes planas, partes sobresalientes y partes hundidas.
La formación de roca finaliza al Oeste en un barranco, y desde ese punto se tiene una extraordinaria vista de los valles y cordilleras de los departamentos del Occidente de Nicaragua (Chinandega y León), y es posible también ver algunas siluetas de volcanes.
Para llegar a La Mano del Diablo desde el centro de Cusmapa, se toma la calle que va al Sur, la cual llega a una curva que prosigue hacia el Oeste. Se continúa por esa misma calle de tierra hasta llegar a la extensa y fácilmente reconocible formación rocosa, al lado de la cual continúa la carretera.