El país debía saldar una deuda de 800 millones de dólares adquirido en 1999.
Nayib Bukele presidente de El Salvador, anunció este lunes que su país había liquidado la deuda soberana de 800 millones de dólares en eurobonos, adquirida por el gobierno de Francisco Flores (1999-2004), horas antes de su vencimiento.
«Acabamos de pagar en su totalidad 800 millones de dólares más intereses«, publicó el mandatario en Twitter.
El anuncio fue confirmado por el ministro de hacienda, Alejandro Zelaya, quien destacó que el país centroamericano «cumple con sus obligaciones de deuda». Explicó que, de los 800 millones de dólares, se pagaron 196 millones en las operaciones de recompra de deuda que se hicieron en el último trimestre de 2022.
Desde el año pasado, diversas agencias calificadoras advirtieron del riesgo crediticio que enfrentaba la nación centroamericana por dos compromisos financieros.
El primero por la deuda saldada este lunes, cuya fecha de vencimiento era el 24 de enero, y el segundo, por un crédito soberano similar, adquirido en la presidencia de Mauricio Funes (2009-2014), cuya fecha de expiración es en 2025.
Aún si se llegara a cumplir con el pago de la deuda de 2023, como ocurrió, «el soberano continuará enfrentando presiones de financiamiento que comprometerían su capacidad para cumplir con sus compromisos de deuda en su totalidad», indicó la calificadora estadounidense Moody’s en marzo pasado.
Debido a este tipo de posicionamientos, Bukele fustigó el lunes a quienes especularon que el país iba entrar en default económico.
«Todos dijeron que sin llegar a un acuerdo @IMFNews “Fondo Monetario Internacional”, no podríamos pagar nuestro bono de 2023 debido a nuestras ‘pérdidas de Bitcoin'», acusó el mandatario. «Y cuando sus mentiras son expuestas, se ponen en modo silencio», añadió.
Cristian Flores, comisionado presidencial para Proyectos Estratégicos, destacó que el país mantiene un «modelo tributario honesto, equilibrado y cumplidor», que le ha permitido al Gobierno comenzar a recomprar bonos, consolidando su camino hacia la certidumbre y la libertad económica.
Con esta acción, El Salvador busca refrendar su compromiso y responsabilidad por cumplir con sus obligaciones financieras ante la comunidad internacional, que ha cuestionado al gobierno de Bukele por su «acelerado ritmo de endeudamiento» y la adopción del bitcoin como la segunda moneda de circulación legal.