La vicemandataria apuntó contra el legislador del Pro Gerardo Milman, quien, de acuerdo a un testigo, sabía del plan para asesinarla.
Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta de argentina vinculó a un diputado opositor con el intento de atentado que sufrió hace dos meses y anunció que intentará apartar a la jueza que investiga el hecho al considerar que pretende boicotear la causa.
Fernández de Kirchner, quien gobernó entre 2007 y 2015, anunció que instruyó a sus abogados a que recusen a la jueza federal María Eugenia Capuchetti en un mensaje publicado el jueves en su cuenta de Twitter junto a un video con una voz en off que narra los acontecimientos en torno del ataque por el cual hay tres detenidos procesados como presuntos responsables.
De acuerdo al relato de un testigo que se presentó en la causa, el legislador opositor Milman mantuvo una reunión dos días antes del hecho con dos asesoras, en un bar ubicado frente al Congreso Nacional en Buenos Aires.
«Declaró que escuchó decir al diputado Gerardo Milman, junto a dos mujeres que lo acompañaban, lo siguiente: ‘Cuando la maten, yo voy a estar camino a la costa‘», se afirma en el video.
Además, según recoge la grabación, la Justicia pudo «constatar las afirmaciones del testigo«, que estuvo efectivamente en ese bar el día y la hora indicada. También se comprobó que el legislador macrista estuvo ahí y que conversó con las dos asesoras.
Al día siguiente, Milman viajó a la Costa Atlántica bonaerense. «A los dos días quisieron asesinar a Cristina«, se sostiene en las imágenes.
A pesar de eso, el diputado no fue hasta el momento citado a declarar.
La vicepresidenta fue víctima de un fallido ataque el 1 de septiembre durante una congregación de simpatizantes que se formó cerca de su domicilio en Buenos Aires.
El brasileño residente en Argentina Fernando Sabag Montiel gatilló una pistola contra Fernández de Kirchner, pero la bala no salió, tras lo cual fue inmovilizado por seguidores de la exmandataria que lo entregaron a la policía. Tres días después fue detenida su novia Brenda Uliarte y luego Gabriel Carrizo, líder de un negocio de venta de algodón de azúcar en el que los dos anteriores trabajaban como vendedores ambulantes.