Es posible que las reñidas contiendas en Pensilvania, Arizona y Georgia determinen quién controlará el Senado.
En Estados Unidos empezaron las elecciones de medio término, que decidirán qué partido tendrá el control sobre las dos cámaras del Congreso. Más de 44 millones de estadounidenses ya han votado de forma anticipada, mientras que millones de personas más acuden este martes a las urnas.
De costa a costa, los demócratas y republicanos cerraron sus campañas el lunes, haciendo el último llamado a los votantes ante una tensa jornada electoral. Los republicanos se perfilan como favoritos para obtener la mayoría en la Cámara de Representantes, mientras que los demócratas no quieren ceder sus estrechas mayorías en ambas cámaras del Congreso.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden instó a la población a “defender la democracia”, por última vez antes de unas elecciones legislativas que podrían reducirlo a la impotencia política al tiempo que allanan el camino para su rival Donald Trump con vistas a 2024.
“Nuestra democracia está en peligro”, aseguró, en un momento en el que los candidatos republicanos de las elecciones de medio mandato amenazan con infligirle una derrota. Enfatizó biden.
“Ahí estaremos”, agregó el demócrata de 79 años, en una universidad de Maryland, en las afueras de Washington, con muchos afroestadounidenses entre el alumnado.
Biden fue elegido en gran parte gracias al apoyo de la comunidad afroestadounidense, a la que ha intentado movilizar de nuevo en los últimos días.
Ante un público generalmente entusiasta -con la excepción de unos cuantos opositores ruidosos rápidamente expulsados- Biden describió a los republicanos como el partido que “quiere deshacerse” de los avances sociales iniciados bajo su mandato.
Debido al sistema electoral descentralizado, el conteo de votos podría prolongarse y podrían pasar días o incluso semanas antes de que se den a conocer los resultados definitivos de las elecciones. En EE.UU., son las autoridades locales las responsables del escrutinio y cómputo, y son los estados quienes certifican los resultados.
Como no existe ninguna agencia federal para anunciar de inmediato a los ganadores y los estados no necesariamente realizan el recuento al mismo tiempo, los resultados podrían demorar en ciertos lugares y darse a conocer antes en otros. Además, las reglas sobre las fechas para contar las papeletas o celebrar segundas vueltas también difieren en función de cada localidad.
Es por eso que en la historia moderna ningún estado ha brindado los resultados definitivos la noche de las elecciones, y es altamente probable que este martes tampoco sea una excepción.
Es posible que las reñidas contiendas en Pensilvania, Arizona y Georgia determinen quién controlará el Senado. Si ningún candidato por Georgia, uno de los estados con el desenlace más impredecible y con el potencial de ser decisivo, recibe más del 50 % de los votos, se programaría una segunda vuelta para el 6 de diciembre, lo que significa que el control del Senado no se esclarecería durante un mes.
Dado que los demócratas votan por correo con más frecuencia que los republicanos, los estados que permiten el recuento temprano de los votos por correo podrían reportar grandes avances de los demócratas en un principio, y luego, con el recuento de los votos por los republicanos, emitidos el día de los comicios, la tendencia podría cambiar.