El mandatario destacó que Washington no alenta a Taiwán a independizarse de China, a pesar de la cooperación que mantiene con Taipéi.
Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, anunció que su país defendería a Taiwán en caso de un conflicto militar con China.
Cuando su interlocutor le preguntó si a diferencia del conflicto en Ucrania, «las fuerzas estadounidenses, los hombres y mujeres estadounidenses» defenderían a Taiwán «en caso de una invasión china», Biden respondió afirmativamente. «Sí, en caso de un ataque sin precedentes». Afirmó.
No obstante, el mandatario destacó que Washington «no alienta a Taiwán a independizarse de China, a pesar de la cooperación» que mantiene con Taipéi.
Biden añadió que está de acuerdo con que exista la política de una sola China, mientras que Taiwán hace sus propios juicios sobre su independencia.
Por su parte, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores chino respondieron a las declaraciones de Biden, alegando que no tolerarán los intentos de secesión de Taiwán.
“China se reserva el derecho a tomar todas las medidas necesarias en respuesta a las actividades que dividen a la nación”. Dijo Mao Ning, portavoz del Ministerio, en una sesión informativa regular con los medios de comunicación.
«Sólo hay una China en el mundo, Taiwán es parte de China, y el Gobierno de la República Popular China es el único gobierno legítimo de China». Agregó Mao.
Pekín considera a Taiwán como parte irrenunciable de su territorio, e insiste en que cualquier negociación con Taipéi que pase por encima del Gobierno central viola el principio clave de su política de una sola China. La mayoría de los países, incluida Rusia, reconocen a la isla como parte integral de la República Popular China.
Aunque Washington no reconoce diplomáticamente la independencia de Taiwán, mantiene una política de ambigüedad estratégica hacia la isla, reservándose el derecho a mantener relaciones especiales con Taipéi, que, en su opinión, toma sus propias decisiones.
En el último tiempo, delegaciones de EE.UU. y otros países han llegado a la isla, provocando el descontento de Pekín. Tras la visita de una delegación checa a Taiwán el 17 de septiembre, la Embajada de China en Praga acusó al país europeo de violar su soberanía e integridad territorial.
Las tensiones en torno a Taiwán se reavivaron en agosto debido a la visita a Taipéi de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi. En respuesta, China inició ejercicios militares «sin precedentes» a gran escala, así como actividades de entrenamiento, incluidos simulacros con fuego real, en el espacio marítimo y aéreo en seis zonas alrededor de la isla.