El almíbar nicaragüense se distingue por la variedad de frutas con la que es preparada.
Tiene ácidos ingredientes, no todos, pero su sabor es dulce, se elabora con frutas de temporada veraniega y es consumido en tiempos de Cuaresma.
Según expertos culinarios, el almíbar es una mezcla de miel (azúcar o dulce) con alguna fruta preparada individualmente. A la fusión de varias frutas –preparadas individualmente- se le conoce como curbasá.
Algunas de las frutas que se utilizan son mango, jocote, coco, grosella y papaya, que combinadas con atados de dulce, alguna que otra especia y cocinado y conservado a fuego lento se convierte en un manjar de dioses, que tienta hasta al más diabético.
El almíbar o curbasá se acompaña tradicionalmente con un vaso de pinol o pinolillo simple, muchas familias preparan este popular postre para degustarlo en sus vacaciones en las diferentes playas del país, otros por creencias religiosas prefieren quedarse en casa y consumirlo en sus días santos.
Los ingredientes son Mango, jocote, papaya, coco, marañón, coyolito, grosella, tamarindo, clavo de olor, pimienta de chapa, canela y atados de dulce.
Su preparación es sencilla en una olla con agua se coloca por separado jocotes, mango y papaya, estos dos últimos previamente pelados, la papaya en trocitos pequeños, todos lavados anteriormente, deje cocer por media hora.
Luego de cocido se procede a derretir el atado de dulce o rapadura con las especias y la papaya (menearlo para que no se pegue) ya derretido se incorpora el jocote, luego de tres minutos se agrega el mango y resto de ingredientes (frutas), se mueve cada 20 minutos hasta que su aspecto sea oscuro y espeso o mejor dicho en conserva.
El olor magnífico de aquella combinación de frutas tropicales y dulce le dará la señal de que es tiempo de degustarlo.
Cabe resaltar que todos estos ingredientes los encuentra a precios módicos en los mercados municipales de cada ciudad, así que solo necesita disponerse a elaborar y degustar en familia esta receta tradicional nicaragüense.