El consumo de este fresco es uno de los principales símbolos del nicaragüense.
El pinolillo es una bebida dulce tradicional nicaragüense, está elaborada principalmente de maíz blanco tostado con el agregado de una proporción de semillas de cacao tostadas más especias como la canela en rajas y el clavo de olor.
La bebida generalmente tiene una textura ligeramente espesa y arenosa con un olor agradable que despierta el paladar.
En Nicaragua tradicionalmente es servida en las llamadas jícaras o «cumbos», recipientes artesanales elaborados con la dura cáscara de los frutos del árbol de jícaro, los cuales son decoradas a mano con grabados de flores y paisajes que las convierten en verdaderas obras de arte conocidas como jícaras de filigrana que son muy apreciadas por los turistas extranjeros y los mismos nicaragüenses.
El pinolillo puede ser consumido de diferentes formas. Hay quienes la toman solo con agua y hay quienes la gozan más con un poco de leche, licuada con hielo y un poco de azúcar.
Otra forma de consumirlo es en «tibio», para acompañar sus desayunos; o bien, como bebida caliente vespertina en noches de lluvia.
Esta es una bebida hecha a base de pinol blanco o pinolillo que se toma caliente y más espesa de lo normal. En algunos lugares sustituyen el agua por leche.
Según la costumbre, las mujeres que recién dieron a luz deben alimentarse con alimentos «livianos» y el tibio es uno de los más aconsejados. Se dice que ayuda a que a la mujer le «baje» la leche para amamantar al recién nacido.
Generalmente se acompaña la ingesta de tibio con tortilla con cuajada o queso seco, para que, según la creencia popular la mujer no «agarre aire».
Su preparación es bastante sencilla en un comalito, ponemos a tostar el maíz blanco. Moverlo sin que se requeme. En una cazuela, ponemos a tostar el cacao. Este se tuesta más rápido por lo que hay que estar más al pendiente siempre para que no se queme.
Una vez ambos elementos estén tostados, dejamos reposar por unos 20 minutos, luego ponemos a pelar el cacao, para hacerlo solo debemos ejercer presión en las semillas, para que se les caiga la cascara.
En una pana ponemos nuestro maíz y procedemos a agregarle: el clavo de olor, canela al gusto y nuestro cacao tostado ya pelado. Una vez hagamos esta integración procedemos a revolver y mandamos a molerlo fino.
Molido quedará en polvo y procedemos a servirlo con agua o leche y un poco de hielo.
El consumo de este fresco es uno de los principales símbolos del nicaragüense, tanto así que nos llamamos a nosotros mismos como “puro pinoleros” y lo decimos a grito partido.
En las canciones de los bailes de folklore, es popular que se haga referencia al pinol en canciones como” Somos hijos del Maíz”, su interprete es Luis Enrique Mejía Godoy un cantautor legendario de Nicaragua que ha creado muchas canciones populares. También hay referencias en canciones de Carlos Mejía Godoy, como lo es “Soy nicaragüense, güeguense”.
Es común que en dichos y refranes se use el pinolillo como referencia, como por ejemplo “El que siembra su maíz, que se coma su pinol”.
Una de las principales frases que nos hace hinchar nuestro pecho de orgullo es “Soy puro Pinolero: ¡nicaragüense por gracia de Dios”, frase por Tino Lípez Guerra.