Fue el que más tiempo ocupo ese cargo en la historia del país.
Shinzo Abe, ex primer ministro de Japón, fallece tras ser baleado en el cuello durante un discurso de campaña a sus 67 años, encontrándose en un estado de paro cardiopulmonar y no mostraba signos vitales.
Los medios locales, informaron que murió en un hospital de la ciudad de Kashihara, prefectura de Nara, donde había sido trasladado después del ataque, según informó el Partido Liberal Democrático (PLD).
En el hospital, le practicaron una transfusión de sangre, pero no pudieron salvarle la vida a Abe, una de las figuras más poderosas e influyentes de su país. Un estado que es considerado uno de los más seguros del mundo y que cuenta con algunas de las leyes de control de armas más estrictas.
De acuerdo con la Policía local, el atacante usó un arma de fabricación casera, para dispararle en dos ocasiones al exlíder del país, por lo cual fue detenido en el lugar de los hechos bajo sospecha de intento de asesinato.
El tirador, identificado como Tetsuya Yamagami, que anteriormente había servido en las Fuerzas de Autodefensa de Japón, afirmó en sus declaraciones a la policía que estaba descontento con el político y que pretendía matarlo.
Después, de darse a conocer la tragedia, muchos políticos condenaron el hecho y compartieron mensajes de condolencia a la familia del exlíder nipón.
Los líderes de la oposición, también condenaron el ataque y lo consideraban un desafío a la democracia de Japón. En Tokio, la gente se detenía en las calles para tomar ediciones adicionales de los periódicos o ver la cobertura televisiva del tiroteo.