En Nicaragua, las primeras cooperativas son fundadas por el General Sandino en 1933 y formadas por campesinos desmovilizados de su ejército libertador.
El Comité Ejecutivo de la Alianza Cooperativa Internacional (ICA) en 1923 recomendó conmemorar el día internacional del cooperativismo. En 16 diciembre de 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la resolución 47/90 proclamó Día Internacional de las Cooperativas el primer sábado de julio de 1995.
Este día de hermandad, igualdad y equidad. El cooperativismo es una ideología, una forma de vida, no una manera de obtener ganancias especulativamente (esta es la diferencia fundamental con otro tipo de sociedades).
Las cooperativas son reconocidas como asociaciones y empresas a través de las cuales los ciudadanos pueden mejorar sus vidas de manera efectiva mientras contribuyen al avance económico, social, cultural y político de su comunidad y país.
El modelo de afiliación abierta de las cooperativas permite el acceso a la creación de riqueza y la eliminación de la pobreza. Esto resulta del principio cooperativo de la participación económica de los miembros: «Los miembros contribuyen equitativamente y controlan democráticamente el capital de su cooperativa». Debido a que las cooperativas están centradas en las personas, no en el capital, no perpetúan ni aceleran la concentración de capital y distribuyen la riqueza de una manera más justa.
Las cooperativas también fomentan la igualdad externa. Como están basadas en la comunidad, están comprometidas con el desarrollo sostenible de sus comunidades, ambiental, social y económicamente. Este compromiso se puede ver en su apoyo a las actividades comunitarias, el suministro local de suministros para beneficiar a la economía local y en la toma de decisiones que considera el impacto en sus comunidades.
A pesar de su enfoque en la comunidad local, las cooperativas también aspiran a llevar los beneficios de su modelo económico y social a todas las personas en el mundo. La globalización debe regirse por un conjunto de valores como los del movimiento cooperativo; de lo contrario, la desigualdad y los excesos crearían sociedades insostenibles.
Los primeros registros existentes de una cooperativa proceden de la Escocia de 1761. Pero será en 1844 cuando un grupo de 28 artesanos que trabajaban en las fábricas de algodón de una localidad al norte de Inglaterra establecieron la primera empresa cooperativa moderna.
En Nicaragua, el General Augusto César Sandino es el precursor del cooperativismo, al crear la primera cooperativa en las riberas del Río Coco-Wiwilí un 19 de febrero de 1934. Basado en las premisas: “Me inclino por un régimen de cooperativas”, “que cada hombre sea hermano y no lobo”, consciente de garantizar la Soberanía Alimentaria.
La Ley 499, Ley General de Cooperativas y sus reformas, establece el conjunto de normas jurídicas que regulan la promoción, constitución, autorización, funcionamiento, integración, disolución y liquidación de las cooperativas como personas de derecho cooperativo y de interés común.
El movimiento cooperativo nicaragüense se rige por los principios internacionales del cooperativismo: membresía abierta y voluntaria; control democrático de los miembros; participación económica de sus miembros; autonomía e independencia; educación, entrenamiento e información; cooperación entre cooperativas; compromiso con la comunidad y respeto al medio ambiente.