La OTAN, le ha dado la espalda a España, a la que tantos recursos y esfuerzos dedicó.
Argelia suspende el tratado de amistad y congela el comercio con España tras el giro del gobierno sobre el Sáhara Occidental, la decisión se aplica de manera inmediata, donde ocupa una baja posición en la jerarquía imperial norteamericana.
José Manuel Albares, ministro de exteriores en España, ha lamentado este miércoles la decisión de Argelia, ha reiterado la adhesión del gobierno español a los principios que inspiran el tratado del que ha renegado dicha nación expresando su voluntad de mantener buenas relaciones con el país europeo, igual que con todos nuestros vecinos, basadas en el respeto mutuo y la cooperación mutuamente beneficiosa.
La Asociación de Bancos y Establecimientos Financieros (ABEF), anunció la congelación a partir de este jueves de las domiciliaciones bancarias en operaciones provenientes y destinadas a España.
La grave crisis por la que atraviesan las relaciones entre España y Argelia es una muestra de ambos males, pues combina la sumisión española a una posición contraria a sus intereses con los exasperantes y habituales errores.
Todo comenzó cuando España acoge a Brahim Gali, para ser tratado de covid19, un movimiento torpe, pues habría sido suficiente con buscar un tercer país que hiciera aquello que Madrid no debería hacer, para no comprometer sus relaciones con Marruecos.
La cantidad en la magnitud de las decisiones contradictorias en tan poco tiempo demuestran que España mantiene una evidente posición de debilidad, además de sufrir de una manifiesta negligencia en la toma de decisiones.
España, es un país devaluado en términos geopolíticos, por las raíces franquistas y los frutos borbónicos, tiene poco que pedir y mucho por lo que agradecer, por ello, su jerarquía no se corresponde con su potencial.